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PARA MUESTRA UN BOTOS LO QUE SE BIENE ES EL NUEVO DISCO DE METALLICA
E AKI UN COMENTARIO
La inmensa familia del metal se paraliza hoy en todo el globo. Sale a la venta el último, esperado y esperanzador noveno disco de estudio de Metallica. A pesar de que ha sido filtrado por la red (muchos son los rumores acerca de las causas), muchos de los seguidores de la banda han esperado a hoy para pagar religiosamente por el último trabajo de la banda más carismática de todos los tiempos. Tras el circo mediático del último lustro, parece que Hetfield y los suyos se han puesto el mono de trabajo. Y lo cierto es que el resultado bien merece una crítica extensa, cuidada y pormenorizada.
Tres de las canciones de Death Magnetic podrían componer un pequeño album, una especie de eslabón perdido entre ...And Justice For All y Black Album. Concretamente, en mi opinión estas son That was just your life, All nightmare long y My apocalypse, que merecerían ser considerados el estandarte de una nueva era para la banda. En cualquier caso, hay unos 20 minutos repartidos por la totalidad del disco. Pero analicémoslo en su totalidad canción por canción.
1. En la primera de ellas, That was just your life, late un inequívoco aire al creativo ...And justice for all. A la tercera escucha te familiarizas con el cambio del bridge que ralentiza la potencia del riff principal. En conjunto es bastante rápida, una excelente carta de presentación. La sorpresa mayúscula viene a raíz del minuto 5 aproximadamente, con tres cambios de ritmos y un punteo (un tanto discreto), y un final violento por parte de Ulrich que ta hace mover la cabeza alante y atrás con los ojos abiertos como platos, aunque se echa de menos un doble bombo.
2. The end of the line va más en la línea Black Album (el coro inicial de las letras recuerda a Sad but true), con algunos parones tirando al sonido Load. Hacia el minuto 4 llega el bridge, con un buen fraseo doble de guitarra que desemboca en el primer punteo digno de mención del disco. Hammet está de vuelta y a los diez minutos de disco lo deja patente. De pronto, cuando mejor se pone la cosa, aparece un quiebro en el que aparecen unas guitarras acústicas y un ejercicio vocal muy Load, después de esto, nada digno de destacar.
3. Broken, Beat & scarred es un buen tema, sin duda. La intro ofrece pocas esperanzas a la creatividad, pero se convierte en un buen riff que (siempre en mi opinión) defrauda con la entrada de la voz de Hetfield, en un tempo más lento de lo que se podría esperar. Las guitarras laten por debajo con una fiereza que se echaba en falta y Ulrich aporrea sus cacharros con rabia, seguramente acordándose de toda la mierda que le han echado encima, el resultado es uno de los estribillos más compactos y pegadizos del disco. Después del segundo, nos sorprende el bridge, con una melodía simplona pero efectista y un notable punteo de Hammet en dos tiempos, después un par de nuevos cambios de ritmo con un buenos riffs da paso al final del tema: el estribillo repetido cada vez con mayor violencia y un desenlace potente que recuerda a temas clásicos.
4. The day that never comes es, hasta el minuto 5, una canción aceptable dentro de los parámetros de los Metallica de los últimos quince años. A partir del último "this I swear", se convierte en un buen retablo de ritmos y punteos que no tienen desperdicio. La euforia ante este nuevo sonido de la banda invita a caer en reflexiones que lleven a comparar estos pedazos de música con otros temas de la altura de los que integraban Master of Puppets. Nada más lejos de la realidad, a pesar de contener tres minutos de una potencia digna de mención como una de las mejores partes del disco, que traducida al directo debe ser atronadora.
5. Llegamos al ecuador del disco, a la mejor canción del mismo: All nightmare long. Comienza con una melodía envolvente en la que Trujillo demuestra sus buenas maneras con cierto saborcillo a My friend of misery, aunque más acelerada. Tras la intro comienza la sorpresa: un ritmo thrash potente y duradero que tras avisar en cuatro tiempos, bien llevados por las baquetas, rompe a toda velocidad ofreciendo una de las mejores etapas del disco (imposible no pensar en los temas del 88). Tras un bridge, un nuevo ritmo y un riff que dan paso a la voz de Hetfield. Al principio la parte vocal se hace un poco insípida, pues defrauda el hecho de ralentizar el prometedor inicio, pero a la quinta vez que la escuchas comienza a encajar. El estribillo, que en muchos espacios ha sido criticado, a mí me parece muy acertado, y bajo él vibra la sombra del, para mí, la mejor parte del disco, con una base rítmica rápida y feroz. Esta parte la encontramos exactamente en el minuto 5.20 y el 6.45, tras la segunda estrofa vocal. Se compone de un magistral punteo de Hammet en la parte central, flanqueado por un acertado doble bombo, que evoca a los que nos hicieron rompernos el cuello en Ride the ligthning o Master of Puppets, y se encuentra emparedado entre dos maravillas rítmicas que no dejan lugar a dudas a la hora de defender el acercamiento de Metallica a sus raíces thrashers. Esta canción, con esa atmósfera oscura del quinto disco, se me antoja como la auténtica esperanza de cara a la nueva era del grupo. A esta canción: un 9.
6. La tristeza asoma a mi corazón cuando después de tanta emoción musical me encuentro con Cyanide, en mi opinión una pieza prescindible en el conjunto. Lamentablemente esta canción es la que da la razón a aquellos que afirman que Metallica ha querido contentar a todos: a los fans de la segunda época que se engancharon con el Black Album, (los de la primera, sinceramente, nos desengañamos demasiado y mucho tienen que currar) y a los de la última, que conocieron la banda con relamidos temas como Hero of the day. Siguiendo con Cyanide, los punteo son lo poco reseñable del tema, junto al doble bombo de Ulrich hacia el final del minuto 4 (algo inexplicable, puesto que se echa de menos en demasiados momentos a lo largo del disco). Un poco facilón el temita.
7. Bueno, momento crítico. Creo que si The Unforgiven fuera un ser de carne y hueso, estaría harto de que volvieran a mencionarle una y otra vez. La nueva entrega de esta mini-saga no mejora, siempre en mi opinión, la -ya de por sí poco innovadora- segunda parte. Si algo cabe destacar de este III, es el solo, y el principio (me da a mi que lo van a utilizar en la gira en lugar de la intro de Morricone, no sé...). Sin embargo todo el tema da la sensación de refrito, de ya escuchado en Metallica, de volver a lo mismo, de poca frescura...
8. El primer minuto de The Judas Kiss me recuerda a Don´t tread on me, por el rollo redoble y la potencia de notas firmes con aire de marcha militar. En mi opinión, a nivel compositivo, la banda vuelve a fallar al ensamblar la parte vocal sobre la música, aunque el estribillo arranca con fuerza y desemboca en un riff interesante. La fórmula se repite de forma lineal, para dar paso a un lío de ritmos (quizá algo de lo más criticable en el conjunto del disco, la sensación de crear muchos ritmos forzados y enlazarlos con puentes cortos), primero a medio tempo y después más acelerados, que acompañan un nuevo punteo del ex-guitarra de Exodus, dividido en dos partes. Sin duda, de nuevo Hammet vuelve a destcar, junto a la composición lírica del estribillo, pegadizo y machacón. Después, una nueva parte intermedia y de nuevo el estribillo, que cierran una canción aceptable.
9. He leído por ahí que que Suicide & Redemption, podría compararse con algunas de las instrumentales anteriores de la banda. Mi opinión es contraria a tal afirmación. Aunque aportando ciertos momentos lúcidos, en los dos últimos minutos, el grueso de la canción hasta el minuto 6 es un ritmo facilón, poco consistente, aderezado por una parte lenta que va creciendo en potencia para dar paso a un punteo paralelo de cierta calidad compositiva aunque carente de personalidad. Es a partir del minuto 6 cuando la canción comienza a adquirir propiedades interesantes gracias de nuevo a los solos. de aunque nada fuera de tiesto. Un par de solos interesantes y una parte rítmica veloz y prometedora hacia el minuto 7, acaban desinflándose en la simpleza inicial. Un tema aceptable que da la sensación de haber sido construida con las mejores partes de otras canciones que no entraron finalmente en el coche. El mayor parecido entre To live is To Die y Suicide & Redemption es el inicio y el final, por el efecto fade.
10. My apocalypse ayuda a que no se nos quede un regustillo triste tras escuchar un disco que ha ido de más a menos. Es una buena hostia a todos los que no creíamos en ellos, una dosis de ritmos violentos y rápidos, con momentos de thrash clásico desde el principio, especialmente tras el soberbio punteo de Hammet. Un buen cierre que sirve para demostrar que cuanto más rápidas sean las canciones de Metallica menos pesado se hace el monótono sonido de la caja de Ulrich.
En resumen se trata de un disco bastante completo desde el punto de vista compositivo. Está claro que los Ulrich, Hetfield y Hammet de hoy no son los veinteañeros llenos de violencia sónica de los 80, pero sin duda nos han regalado una dosis de aquella potencia en bastantes partes del disco. Hetfield ha demostrado estar en bastante buena forma tanto desde el punto de vista creativo como vocal; Ulrich, aunque un tanto repetitivo ha dejado asomar alguna que otra vez el doble bombo, aunque se echa en falta su aparición más a menudo, y Trujillo parece haber imprimido su buen hacer técnico, más que demostrado en sus proyectos anteriores, e incluso quizá sea el "culpable" de añadir un ingrediente de velocidad plus. Mención aparte merece el hecho de recuperar las partes instrumentales de Hammet, sin duda el aspecto más esperanzador de cara al futuro, y evocador de los buenos tiempos de la banda que encontramos en el nuevo disco.
Si tenemos en cuenta que en el laureado Black Album, las canciones más thasheras que encontramos en su día fueron Holier Than Thou y Through the never, estamos de enhorabuena. No sabemos si Metallica volverá del todo, pero ha vuelto un poco y eso, para quienes crecimos con ellos es una de las mejores noticias musicales del siglo.
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